Aislamiento acústico: una prestación clave de las ventanas

De hecho, las ventanas antiguas de viviendas y edificios, no sólo no estaban a la altura en cuanto a aislamiento térmico; tampoco en cuanto a aislamiento acústico se refiere. Hoy, en cambio, las ventanas eficientes son capaces de bloquear casi cualquier ruido, pero es importante saber elegirlas correctamente y tener un diagnóstico real del problema acústico que afronte cada vivienda.
El ruido puede transmitirse por vibración a través de los tabiques y suelos (tacones de los vecinos de arriba, muebles que se arrastran…), pero también -y este es el factor en el que las ventanas entran en juego- a través del aire. Este es el ruido que se cuela por las ventanas de una casa si se vive, por ejemplo, encima de un bar o frente a una carretera muy frecuentada y llena de coches. Este tipo de ruido se transmite a través de las ondas sonoras que viajan por el aire y es mucho más sencillo de reducir si se dispone de las ventanas adecuadas.
Teniendo en cuenta todo esto, se recomienda prestar atención a los siguientes factores que influyen a la hora de conseguir un buen aislamiento acústico en el hogar:
– El perfil o marco de la ventana. Para que una ventana tenga un buen nivel de aislamiento acústico debe ser impermeable al aire ya que las ondas sonoras se transmiten a través de éste y la permeabilidad al aire de una ventana también depende de la calidad de su sistema de perfiles o marcos. De hecho, si prestamos atención, vemos claramente cómo en una ventana antigua se nota el aire que se cuela por las esquinas y junto a éste, el ruido del exterior.
– Tipos de apertura de ventanas. Si una vivienda tiene problemas de ruido lo mejor es optar por ventanas practicables, es decir con sistema abatible u oscilobatiente en lugar de los sistemas de apertura corredera tradicional. Estos tipos de aperturas de ventanas tienen un cierre de triple junta que impide filtraciones de ondas sonoras.
– Tipo de vidrio. El espesor o composición del vidrio también es un factor clave a la hora de conseguir un mejor o peor aislamiento acústico. A mayor espesor, mayor aislamiento.  Debemos procurar que, al menos uno de los vidrios de la unidad de vidrio aislante
de la que se compone la ventana, tenga un espesor mínimo de 6mm para asegurar que el ruido no se filtre. En las unidades de vidrio aislantes o vidrios dobles, una composición de dos hojas de espesores diferentes aporta un aislamiento acústico mejor que una composición simétrica. La variación del espesor no es la única manera de aumentar las prestaciones de aislamiento acústico de un vidrio, sino que también existen butirales específicos en vidrios laminados que ofrecen una mayor atenuación del ruido. Conviene tener en cuenta que, a la hora de mirar las etiquetas de las ventanas, el valor “R” es el que mide e indica la reducción acústica que ésta aporta, calculada en decibleios (dB). Este valor marca la diferencia entre el ruido en el interior de la vivienda y el ruido en el exterior.
– Persianas. Otro de los puntos más sensibles frente al ruido en una vivienda son las persianas. Un cajón de persianas de mala calidad o mal instalado suele ser una fuente de problemas en lo que a aislamiento se refiere. Es muy común que la persiana se convierta en un coladero de aire y ruido, incluso aunque la ventana sea de calidad. Por eso, para que los cajones de las persinanas no perjudiquen la eficacia del conjunto, es recomendable acudir a profesionales de calidad a la hora de la instalación.
Sobre todo esto hay detalles pormenorizados en el Código Técnico de la Edificación, dónde se recogen los valores mínimos permitidos según la zona geográfica, entre otras cosas. Además, en Grupo Ayuso contamos con las ventanas más adecuadas para cada vivienda y la red de expertos y profesionales que asesoran según cada caso concreto.